Comenzamos un año, un año que aun no lo es, porque apenas si llevamos tres días el año será tal hasta dentro de 362 días y nosotros seremos los causantes de lo bien que nos vaya.
Abrazos.
Y una persona muy muy especial en mi vida me enseño esta canción. diciendo que cuando la escuchó se acordó de mi. Gracias Talia.
Y como dice la letra de Sabina. Así que, de momento, nada de adiós muchachos, me ...duermo en los entierros de mi generación; cada noche me invento, todavía me emborracho; tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
SALUD¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.
Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.
Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.
Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).
Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
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Abrazos.
Y una persona muy muy especial en mi vida me enseño esta canción. diciendo que cuando la escuchó se acordó de mi. Gracias Talia.
Y como dice la letra de Sabina. Así que, de momento, nada de adiós muchachos, me ...duermo en los entierros de mi generación; cada noche me invento, todavía me emborracho; tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
SALUD¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.
Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.
Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.
Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).
Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
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